Arquero de la palabra

Te preguntarás, amigo lector, el porqué de tanta ausencia de entradas en el blog.

Durante esta semana la respuesta ha sido tajante; me estaba convirtiendo en un "arquero de la palabra".

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No, no estoy loco, ni me he hecho de ninguna secta. Se trata de un curso, altamente recomendable por cierto, en el que te enseñan las magníficas artes de la oratoria.

El curso no tiene nada que ver con nada de lo que he realizado hasta ahora.

Primero por la persona que lo imparte; Maty G.Tchey, una Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, que es la que hace que el curso realmente merezca la pena, ya que su fuerza y su energía hacen que te vengas arriba rápidamente.



Su realización es un cúmulo de sensaciones. Es como alguien lo describió al finalizar; "como una montaña rusa", ya que te pasas las 18 horas de duración sumido en una mezcla de temor, alegría, ridículo, tensión,...

Se hace duro, pero nadie dice que convertirte en un arquero sea fácil. Son 3 días con una duración de 6 horas ininterrumpidas en las que estás al límite de todo.

Pero, al final, gracias a esta alternancia de momentos bueno-malos se llega a una erradicación casi total del miedo escénico y del miedo a la vergüenza.
Y a lo que es más importante, crear una impresionante sensación de vínculo especial con los otros 20 alumnos del curso con los que has estado compartiendo estos momentos.
Cada logro de uno era el logro de todos.


Así que ya sabes. Si alguna vez tienes oportunidad de realizarlo, no lo dejes escapar. Por que como dice Maty G.Tchey; "este curso sólo lo podrás realizar una vez en la vida, ya que realmente comienza cuando acaban estos tres días".


Para mi pues, acaba de comenzar, con lo que voy a ir afinando mi puntería para comenzar a disparar las mejores flechas de mi oratoria.

Ya soy arquero.