lunes, 18 de octubre de 2010

Diario de vacaciones: DÍA 1

Pues por fin, este fin de semana he sacado un poco de tiempo para empezar el diario de mis vacaciones.
Así que, aunque con un poco de retraso, ahí va para que lo disfruteís.


Lunes 13 de Septiembre… DÍA 1

Comenzaba el día de partida de las vacaciones, y como preveíamos iba a ser un día duro, ya que el cambio de vuelos de última hora nos era bastante perjudicial.
Primeramente debíamos tomar un vuelo Madrid-Roma que salía de la capital española a las 7 de la mañana. Eso significaba madrugón al canto, de entorno a las 4 de la mañana.
El vuelo transcurrió sin más problemas que los consabidos con Easyjet de colas por no tener asiento asignado y que me recordaron a mi época universitaria con la empresa Mueras, digo Vivas.
Una vez llegados a Roma a las 9:00 disponíamos de 10 horas hasta la partida del “charter” hasta Nosy-Be, con lo que debíamos buscar alguna actividad para “matar” el tiempo. Entre las opciones estaba hacer 1 hora de viaje en tren y acercarnos a Roma a ver algo o la de tratar de ver algo cerca del aeropuerto. Nos quedamos con la última ya que a la vuelta pasaríamos 3 días en Roma.
Ya que en el aeropuerto existía un puesto de información turística decidimos preguntar en él y que nos recomendaran algo qué poder ver por allí cerca.
Sólo nos plantearon una opción diferente a Roma y que consistía en acercarse a una ciudad costera (barrio de Roma) a 15 minutos del aeropuerto en autobús. Se trata de la ciudad de Ostia (si, se llama así), en la que nos dicen hay dos posibilidades; ver sus ruinas arqueológicas o pasear por la playa. Nos convence y decidimos coger el autobús para ver un poco la ciudad y comer por la playa.
Fracaso absoluto. La ciudad no es más que un barrio obrero de Roma. Un barrio feo como el sólo, por cierto. Por si fuera poco la paya es de pago y sólo se puede acceder a ella tras el pago de unos “módicos” 10€. Y lo más grave, es que no existe ningún “chiringuito” de playa ni nada similar donde hincar el diente. Así que resignados tras patear casi todo el paseo marítimo decidimos comer en una pequeña pizzería y volver cabizbajos al aeropuerto.





En cuanto a la parte antigua con las excavaciones arqueológicas, estaban bastante lejos de donde paraba el autobús. Además tras verlas desde la ventanilla comprobamos que tampoco parecía que merecían mucho la pena.

De nuevo en el aeropuerto esperamos pacientemente todas las colas habidas y por haber: cola en la ventanilla del mayorista para que nos selle el documento del viaje, cola en la ventanilla de Air Italy para facturar y coger el billete, cola en la zona de Check-In para acceder a la Terminal, cola para coger un pequeño tren que transportaba hacia la nuevas e inaccesibles puertas “C”, cola en la puerta de embarque para acceder al avión,…

Y por fin, a eso de las 19:30 estábamos dentro del avión en el que pasaríamos toda la noche mientras nos acercaba a nuestro deseado destino.

1 comentario:

Inzert dijo...

Ostia, como mola que empieces a contarnos lo de las vas, ya habiamos habaldo de darte unas cuantes Ostias si no lo publicabas al final.

Esto va a ser la Ostia.