miércoles, 19 de noviembre de 2008

Experiencias Polacas (4)

Continúo con la serie sobre mi viaje a Polonia.

Y es que en este viaje tuvimos suerte. No es normal poder disponer de tiempo para ver cosas y ciudades en viajes de trabajo. Pero en este caso dispusimos de unas horas en dos de las ciudades por las que estuvimos.

Primeramente en Gdansk.
Gdansk es una ciudad portuaria de casi 500.000 habitantes, la 6ª en cuanto a población se refiere. Por similitud sería lo más parecido a Valencia en España.

Tiene una parte antigua muy interesante, que pudimos ver fugazmente.












Con su catedral:










Y sus joyerías dónde mayoritariamente venden ámbar; el mineral precioso Polaco por excelencia.
Se pueden encontrar desde piedras sin trabajar, hasta pulseras y abalorios realizados íntegramente de ámbar.







El segundo lapso de tiempo libre, sucedió el viernes en Sczezin.
Sczezin es la 7ª cuidad por número de habitantes y cuenta con algo más de 400.000 censados en ella.
Lo sorprendente es que es el mayor puerto marítimo de Polonia pese a estar a varias decenas de Km del mar. Esto es posible gracias a la gran navegabilidad del río que atraviesa la ciudad, el Oder.

Ya el jueves teníamos una pequeña visita guiada por la ciudad, pero la lluvia torrencial hizo que tuviésemos que descartarla.
El caso es que el viernes a eso de las 15:30 terminamos todo nuestro trabajo. Regresamos al hotel y nos cambiamos. Pero a la hora de decidir qué hacer, no teníamos ninguna gana de ver cosas y pasar frío. Se debe tener en cuenta que ese día comenzaba ya a hacer algo más de frío y que a eso de las 4 de la tarde es noche cerrada. A esa hora estaríamos a unos 3ºC.
Con todo esto, la decisión que tomamos fue acercarnos a un centro comercial cercano al hotel y comernos…… un helado.
No pateamos la ciudad, y sólo la vimos desde el coche, pero la verdad es que los cuerpos estaban cansados.
Al final las ciudades, no negaré que tienen su encanto, pero para nosotros lo más importante fue poder disponer de algo de tiempo libre para desconectar del trabajo.




Por lo menos en esta ocasión me traigo fotos y recuerdos amenos de un viaje de trabajo, además de currar mucho y bien.
De esta manera a uno se le hace más llevadero el “regalar” dos fines de semana de su propio tiempo libre a trabajar y el estar fuera de casa una semana entera.

3 comentarios:

Jesús Rodríguez Ferreras dijo...

Una ciudad muy bonita.

Es una pena que todos mis viajes de trabajo sean un infierno y trate de evitarlos por todos los medios.

Por ejemplo una semana entre Praga y Berlín con todos los gastos pagados, a la cual no voy a ir (y me están tratando de convencer) por tener que vigilar a 85 críos de 16 años hiperhormonados.

Ruben dijo...

Yo es que veo las fotos que has colgado... y me entran unas ganas de salir a viajar!!

Fredy_ven_a_20 dijo...

Pues salga usted.
Pero en monorrailllll, monorrailllll,...